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Como Marruecos, Israel se vale de la criada estadounidense, para ejercer su tiranía genocida. Y recientemente hemos tenido otra prueba evidente con la excusa de que empezaron los que están sistemáticamente oprimidos y genocidados.
Recurriendo a los clásicos, la legitimidad ,en sentido primario, es la ordenación del obrar de la autoridad a la consecución del bien común político, el cual debe ser entendido como la máxima perfección participable intramundana, regulada por los principios primarios de la ley natural. Y la legitimidad en sentido secundario consiste en el acceso al mando y el ejercicio del poder de acuerdo con la forma prevista por la propia comunidad a través de la constitución vigente, la cual a su vez se funda en la tradición política del pueblo como comunidad ncional.
Pues bien, Israel es un estado ilegítimo (y desde luego antidemocrático, lo que afirmamos para contrarrestar lo que afirman) fundándose y consolidándose en hechos igualmente ilegítimos, a saber, y sin ánimo exhaustivo:
1.- Desconocimiento de las Resoluciones de la O.N.U.
2.- Desconocimiento de todos los acuerdos firmados con la OLP.
3.- Bombardeo de puestos de observación de la O.N.U. en territorio libanés y muerte de los observadores.
4.- Violación de la soberanía de países independientes.
5.- Violación al principio de autonomía mediante la destrucción de medios de producción, comunicación, energéticos, etc. de países limítrofes.
6.- Utilización de armas prohibidas por las convenciones internacionales.
7.- Matanza indiscriminada de civiles en Palestina, Líbano, Jordania, Egipto.
8.- Atentados terroristas contra instituciones británicas y árabes.
9.- Guerras de conquista contra países vecinos.
10.- Prácticas terroristas desde el Estado, legalización de la tortura como método de interrogación.
11.- Apropiación indebida de tierras pertenecientes a ciudadanos palestinos.
12.- Expulsión de ciudadanos palestinos de su territorio.
13.- Establecimiento de colonias judías en territorio palestino mediante el uso de la fuerza.
Como conclusión.
Creemos que los aspectos aportados son suficientemente indicativos de un Estado que nació ilegítimo habida cuenta que uno de sus aspectos constitutivo – su territorio – se estableció sin consultar la opinión de los pobladores sobre los que asentó su dominio.
Acto seguido su dirigencia se dedicó a sembrar muerte y destrucción a su alrededor, expulsar a los nativos, conquistar tierras, violentar derechos adquiridos, desconocer los mismos actos jurídicos que permitieron su creación, hacer caso omiso a las resoluciones del organismo internacional que le dio vida, emparentarse con gobiernos ilegítimos de todo el mundo, en fin, consagró todos sus esfuerzos a transgredir las reglas de juegos consensuadas por el concierto de naciones.
Se condujo – y lo sigue haciendo – a contrapelo de lo que la Carta de las Naciones Unidas enumera como “Propósitos y Principios” en los tres primeros artículos de su contenido.
Realizó y realiza conductas que el Estatuto de la Corte Penal Internacional tiene tipificadas como “crímenes de guerra”.
Las preguntas que nos hacemos son ¿Qué hace en la Organización de las Naciones Unidas un país belicoso que desune, que convoca permanentemente a la anarquía en las relaciones internacionales?.
¿Con qué autoridad la O.N.U. a través de sus organismos le dice – por ejemplo – a Irán o a Corea del Norte o a cualquier país del mundo que no puede tener armamento nuclear?
¿ Por qué se establece un Tribunal Internacional para Milosevic o para Ruanda y no para la dirigencia israelí que asesina a los propios soldados de la O.N.U. por un “error técnico”?.
A mayor abundamiento, lean esta fundada ponencia que aquí les hemos extractado (y si el enlace dejara de estar operativo, pueden descargarla aquí).
Y a mayores, por si fuera poco, Israel ejerce sobre Palestina el apartheid y supremacismo de Israel sobre Palestina, según denuncian hasta organizaciones israelíes como B’Tselem conforme pueden leer en este artículo de Alfredo Jalife.
En resumen, y para los sicarios, acólitos, paniaguados y sectarios sionistas en sus diversas formas y organizaciones, entérense: el estado judío (emulando el nazismo) en pos de su espacio vital, no es víctima de nada y sí verdugo de todo, mientras siga auxiliado por su criado, los EE.UU, claro está.
Ah, y nos vengan con su manido argumento victimario, que no somos memos como una gran parte del “goyim” occidental, y distinguimos perfectamente lo que es un estado ilegítimo supremacista y genocida, de sus nacionales, sujetos al yugo de las satrapía “democráticas” de turno.
Algún día se rebelarán y repudiarán los horrores cometidos por su estado.