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La pretendida exhumación del Caudillo por el actual régimen es una prioridad absoluta en tanto que España no tiene ningún otro problema adicional como se puede apreciar a simple vista (tómenlo con ironía).
Sánchez es un sociópata sin escrúpulos (como casi todos los políticos, siendo un motivo más por el que sobran) que nos ve como instrumentos o enemigos.
Sánchez, sin preveerlo, está dispuesto a promover el ¡Viva Franco! y el ¡Arriba España!. Será su castigo, al menos a corto plazo.
Lo primero porque Franco no fue un dictador al uso, en modo fascista/comunista, sino más bien una figura histórica que impidió que España fuese un satélite de la extinta URSS, que rigió los destinos de España bajo un régimen autoritario, que no totalitario. Sánchez, rehén del mundialismo y del globalismo, en cambio, y de facto, bajo esa pátina de democracia parlamentaria, esconde los peores destinos para España sostenido por una mafia partitocrática que concibe a los ciudadanos como instrumentos a su servicio y al resto como enemigos, tratanto de impregnar todo con la dictadura del pensamiento único masónicamente correcto.
Lo segundo porque España está harta de que se le escupa y se le sojuzgue, en esta ocasión por Sánchez, quien lleva el estigma de la hispanofobia que da el progrejeterío.
El régimen está conformado por ese mix liberoprogrejetaseparata (en sus diversos formatos) teniendo como denominador común su hispanofobia. Son enemigos de España y de todos los españoles que no están mancillados por esa heterogénea condición o no resultan ser paniaguados o ambas cosas.
El régimen es ilegítimo e ilegal en su esencia, por contener en su Constitución la semilla de la autodestrucción de España, con latrocinios y agravios continuados desde hace 41 años de esta estafa que llaman demo ¿qué?.
No hay Papa en sus cabales, ni Sanedrín en condiciones que pueda dar la bendición para quien no la tiene, aún cuando Sánchez busque la complicidad del jesuita y Papa Francisco, quien se la ha dado ya y por éso es de esperar que Dios así se lo reproche cuando expire.
Para dar apariencia de legitimidad y legalidad, como es natural, este régimen utiliza todos sus tentáculos del ejecutivo para llegar a todos los rincones para dar esa apariencia.
Esta vez han utilizado al Tribunal Supremo, en modo Maduro (si no fuera éste sería Guaidoz) utilizando tal órgano a modo de comisariado político-judicial. Sepan que el único poder realmente existente en España es el ejecutivo, en tanto los demás dependen del mismo, como bien diría, y con toda la razón, el fallecido filósofo Gustavo Bueno.
Repasando a los togados, no hace falta ser muy perspicaz para saber que todos son afectos al régimen.
¿Pero quiénes son estos togados de la Sección 4ª de la Sala Tercera, todos afines al régimen que les alimenta en mayor o menor grado y casi todos auténticos entusiastas a la Ley de (des) Memoria Histé(ó)rica?.
Zapata: entra por el 4º turno por éso de ser “jurista de reconocido prestigio”. Afín al PSOE.
Murillo: entra por el 4º turno por éso de “jurista de reconocido prestigio. Afín al PNV pues no en vano su hermano trabaja en la asesoría jurídica del PNV.
Pico: magistrada manifestamente femimarxista. Afín al PSOE..
Teso: magistrada. Afín al PSOE.
Menéndez: magistrado que fue el último presidente de la Junta Electoral Central, quien excluye a Vox de los debates (podría haber excluído a todos porque para los que no creemos en este sistema es lo mejor que podría pasar) y cuando menos, hombre del régimen, aunque más templado que alguno de los precitados.
Requero: magistrado. Presumiblemente afín al PP.
Por tanto, de 6, mayoría de afines al PSOE y otro al PNV.
En definitiva, la mayoría de los togados tienen manifiestos intereses por partidismo, ideología u otros intereses bastardos por lo que la resolución sobre la exhumación sólo puede ser que partidista, ilegítima e ilegal en tanto el régimen lo es, al estar diseñado para acabar con España.
La deliberación de la Sala duró poco, pero lo suficiente como para limar asperezas y que no hubiera discrepancia alguna. En su momento dictarán sentencia autorizando la exhumación, que después habrá que ejecutar y ya veremos cómo.
¿Y qué trámites quedan pendientes y qué instancias judiciales pueden conocer de este asunto?.
El 30/09/19 la Sala Cuarta del Tribunal Supremo dictó sentencia a favor de la exhumación, resolviendo la cuestión de la licencia de obras, por lo que es evidente que la familia Franco, la Fundación y otros personados, caso de sentenciarse a favor de la exhumación (como así sucederá) acudirán a otra terminal del ejecutivo, el Tribunal Constitucional y por último, a otra terminal del ejecutivo de la UE, el Tribunal de Estrasburgo.
¿Cuándo estará Franco fuera del Valle?.
Si la maquinaria judicial se tomara los tiempos habituales como para el resto de los asuntos y teniendo en cuenta los altos tribunales que pueden intervenir, la cosa se dilataría en el tiempo.
En cambio, si todo se acelerara, sería pronto.
No obstante hay variables que no se controlan que podrían resultar determinantes hasta para que todo siguiera donde debiera seguir.
De no ser así, el mix liberoprogrejetaseparata hará de El Valle lo que no querrán ver nunca.
¿Qué supondría la exhumación?.
La última provocación del régimen que coronará el pastel hispanofóbico y que el pueblo que ha perdido su dignidad y que ha devenido en populacho, aplaudiría por mor de su mínimo intelectual, y en el peor de los casos, toleraría en un nuevo ejercicio de reconocimiento de cobaría.
El régimen no querrá que se sepa que Franco fue el más grande estadista que ha tenido España desde los Reyes Católicos; Que libró una contienda civil larga y penosa por mor del enésimo alzamiento del progrejeterío separata de la época frente a la República (aún cuando manipularon, fraudulentamente como es habitual, los resultados de procesos electorales diversos); Que los golpistas alzados contra la República pretendía hacer de España una suerte de satélite soviético confederado; Que Franco sustrajo a España de las grandes corporaciones financieras, industriales y mediáticas de la época, siempre en manos de los mismos (como ahora); Que Franco dejó una nación próspera, reconciliada y en paz; Que Franco fue magnánimo hasta el punto de que no extirpó la simiente enemiga (por mor de su condición de buen cristiano), que tras su muerte se declararon antifranquistas (para “legitimar” su condición de “demócratas de toda la vida”) y que ahora prentenden expulsarle al averno y ganar la guerra que los comunistas no pudieron ganar para directamente, entroncar la II República con lo que nos espera si Dios no lo remedia, borrando de la historia el anterior régimen y el presente.
La exhumación es una indignidad hasta para el propio Sánchez y desde luego, si se consuma, para los españoles, en tanto todo tiene consecuencias.
¿Tenemos que estar agradecidos de que se produzca la exhumación?.
Después de todo sí porque si al final es reinhumado en el cementerio de Mingorrubio, descansará con su señora y desde luego con su delfín, Luis Carrero Blanco y su sucesor, Carlos Arias Navarro (de quien parte la idea de enterrar a Franco en El Valle en lo que se denominó la Operación Lucero).
De una parte el actual régimen ha tenido que esperar 43 años para ello lo que denota de una parte su debilidad y cobardía y de otra aún ensalza más la figura de Franco, de su historia, de su legado, hasta convertirlo en icono bajo el cual puede aglutinarse una protesta de esa España que se siente patriota y si tiene fuerza y ganas, nos aboque a un proceso constituyente que dé la puntilla a este sistema que es una estafa y a este régimen que es un timo.
Además, estaría justificado, en tanto toda la bazofia que conforma el actual régimen ha sido parida en los tiempos del régimen autoritario (que no totalitario) del Caudillo. Fueron criados por familias que prosperaban en una España equilibrada, sana, reconciliada y en paz.
Este régimen es revanchista sin causa y guerracivilista con menos causa, y al sembrar todo ello es probable que dé fruto y que se encuentre con respuestas inesperadas.
Sánchez, es cobarde, torpe, mezquino y osado por ingnorante en tanto va de sobrado y conseguirá el efecto inverso, esto es, que muchos patriotas te estén agradecidos y en muestra de tal exclamen ¡Viva Franco! Y ¡Arriba España!.
La culpa, de Sánchez, no lo duden.